Por Damaris Vazquez/www.7diastamaulipas
En un clima político cada vez más enrarecido, el alcalde Makito enfrenta una creciente ola de descontento ciudadano en Reynosa. No solo sus rivales políticos, sino también los ciudadanos, expresan su insatisfacción con su gestión, según un reciente sondeo.
Los resultados de esta encuesta indican que Makito está en riesgo de recibir un voto de castigo en las elecciones del 2 de junio. ¿La razón? Su pobre desempeño como administrador de la ciudad. Las promesas de inversiones y obras de infraestructura que una vez resonaron en su campaña ahora parecen vacías y carentes de resultados tangibles para la comunidad.
Durante su campaña anterior, Makito anunció con entusiasmo la iniciativa «El año del agua», prometiendo una mejora significativa en las líneas de agua y drenaje de las colonias de Reynosa. Sin embargo, hoy en día, la realidad es alarmante: el 80% de las colonias de la ciudad sufren brotes de aguas negras y malolientes.
Este desfase entre las promesas electorales y la realidad cotidiana ha erosionado la confianza de los ciudadanos en la capacidad y sinceridad de Makito como líder. La percepción generalizada es que se les está mintiendo y engañando con respecto al progreso y desarrollo de la ciudad.
Con la falta de resultados concretos, la frustración se ha convertido en un poderoso motor de cambio. Los votantes están cada vez más inclinados a castigar a Makito en las urnas, reflejando la importancia de la percepción pública en las decisiones electorales.
En este contexto, el futuro político de Makito en Reynosa parece estar en la cuerda floja, con un electorado que exige resultados tangibles y un liderazgo honesto y efectivo. La gestión pública debe estar a la altura de las expectativas y necesidades de la comunidad, y Makito enfrenta el desafío de restaurar la confianza perdida y ofrecer soluciones concretas a los problemas que aquejan a la ciudad.
