NOBEL ECONOMÍA 2019

Investigación Especial

Lic. Alberto González Káram

• Banerjee, Duflo y Kremer ganan el premio Nobel de Economía por sus estudios sobre la reducción de la pobreza

• Banco de Suecia les galardona porque han contribuido a desarrollar políticas e incentivos para ayudar a los hogares más pobres

El Banco Nacional de Suecia concedido el Premio Nobel de Economía a Abhijit Binayak Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer, por su aproximación experimental al alivio de la pobreza global, debido a que su reducción es uno de los mayores retos y estos académicos han hecho contribuciones decisivas a las políticas y los incentivos que hay que aplicar.

Abhijit Binayak Banerjee es un economista indio-estadounidense y Profesor de Economía Internacional de la Ford Foundation del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Estados Unidos, nació en Munbai, India, es hijo de Nirmala Banerjee profesor de Economía en el Centro de Estudios y Ciencias Sociales de Calcuta, India, y Dipak Banerjee, profesora de Economía del Colegio Presidencial de Calcuta, India, donde obtuvo el grado de Licenciatura en Economía en 1981, su Maestría en Economía en la Universidad Jawaharlal Nehru de Delhi en 1983 y el Doctorado en Economía en la Universidad de Harvard en 1988 con su tesis “Ensayos en la información económica”.

Esther Duflo nació en París, es una economista francesa-estadounidense, profesora de Reducción de la Pobreza y Economía del Desarrollo y Doctorada en Economía del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Estados Unidos, su padre era matemático y su madre pediatra, es investigadora asociada en el National Bureau of Economic Research (NBER) de Estados Unidos, cofundadora y directora del Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab (J-PAL), miembro de la directiva del Bureau for Research and Economic Analysis of Development (BREAD), directora del Programa Economía del Desarrollo del Center for Economic and Policy Research y autora del libro “Poor Economics” en 2011.

Michael Robert Kremer, es economista estadounidense y profesor de la Universidad de Harvard, obtuvo su Doctorado en Economía en la Universidad de Harvard contando de asesor al Economista Robert Barro, miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, Presidente del Early Career Award for Scientists and Engineers en 1996 y recibió la Beca MacArthur en 1997.

La Academia de Ciencias Sueca señaló que «A pesar de la mejora en los estándares de vida, más de 700 millones de personas todavía subsisten con ingresos extremadamente bajos. Cada año, unos cinco millones de niños menores de cinco años fallecen por enfermedades que podrían a menudo ser prevenidas o curadas con tratamientos que no son caros. La mitad de los niños del mundo todavía abandona la escuela con unas capacidades básicas de lectura y aritmética«, destacando que los galardonados de este año han introducido una nueva forma de dar respuestas fiables a estos problemas. Básicamente, se hacen preguntas sobre cuestiones concretas que pueden responder con experimentos de campo. Y de esta manera hallan conclusiones que sirven, entre otras cosas, para mejorar los resultados educativos o la salud de los niños.

Los tres dominan la llamada economía del desarrollo. Durante los últimos 20 años, «sus hallazgos han mejorado dramáticamente la capacidad práctica para combatir la pobreza«, afirmó el jurado del Nobel. En unos experimentos en Kenia con la colaboración de una ONG, Kremer empezó comprobando que los libros de texto y las comidas gratis no ayudaban a mejorar los resultados escolares. En cambio, años más tarde Banerjee y Duflo concluyeron que lo más efectivo eran los programas de apoyo a estudiantes, ayudantes para los profesores y centrarse en los niños con más necesidades.

Gracias al trabajo de Banerjee y Duflo, las tutorías de refuerzo se han extendido a 100,000 escuelas en la India y beneficiando a más de cinco millones de alumnos. Y este tipo de investigaciones se han prodigado en áreas como la sanidad, el acceso al crédito o la adopción de nuevas técnicas agrícolas. En general, sus estudios certifican que ampliar el acceso a agua potable es una de las inversiones más rentables para los países en desarrollo.

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