Ir a la playa, al cine, a correr o al tianguis, ¿cuánto riesgo hay de contagiarme de COVID-19?

México cumple dos semanas en la llamada ‘nueva normalidad’, una fase en la que las autoridades sanitarias buscan que la población retome ciertas actividades sin dejar de aplicar las medidas de ‘sana distancia’.

Con la mitad del país en semáforo rojo y la otra en naranja por la pandemia del COVID-19, la Secretaría de Salud señaló el lunes pasado lugares públicos que pueden reabrir, como parques públicos y hoteles, aunque ambas con restricciones con respecto al aforo.

Conforme el semáforo vaya cambiando de color, esto si la pandemia del nuevo coronavirus disminuye su intensidad, otras actividades estarán de regreso, como ir al cine, a un restaurante o ir de compras a centros comerciales.

Con esto en mente, puede que te preguntes: ¿qué tan seguro es que vuelvas a hacer esas actividades? ¿Hay algunas con las cuáles debes ser más cuidadoso? ¿Hay otras que, de plano, puedes posponer más tiempo?

Aquí te presentamos 10 actividades cotidianas calificadas por tres expertos por su riesgo de contagio, que puede ser bajo, medio o alto.

Recuerda: sin importar el color del semáforo de riesgo, debes seguir cumpliendo con acciones como lavar o desinfectar tus manos con frecuencia; cubrir tu nariz y boca con el ángulo interno del brazo si toses o estornudas, y usar cubrebocas (en la CDMX es obligatorio desde el 1 de junio).

Con el verano a la ‘vuelta de la esquina’, la idea de un viaje a Acapulco, por ejemplo, puede parecer tentadora. Alejandro Macías, infectólogo y excomisionado contra el virus A-H1N1, consideró que esta actividad es de riesgo bajo pues el virus SARS-CoV-2 se diseminaría en un ambiente abierto.

“El problema es más el viaje hacia la playa y el regreso; si se utiliza un transporte público, si se usa avión, si varias personas van en el mismo vehículo”, detalló.

Si decides realizar un viaje a este tipo de destino playero, debes considerar cuál es el estado de la pandemia, recomendó Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión de la UNAM para el COVID-19.

“Tú que estás en una ciudad que no están tan afectada (por contagios) te vas a ir una playa que esté muy afectada”, dijo al señalar este escenario como de mediano riesgo.

De la misma opinión es Paola Reynoso Lobo, especialista en Salud Pública de TecSalud, quien enfatizó el riesgo que representa esta actividad pues se presta para socializar y convivir en condiciones donde no se pudiera respetar la ‘sana distancia’.

La estructura de estas plazas con grandes naves y la ventilación hacen que, en opinión del doctor Macías, estos sitios representen un riesgo relativamente bajo “si no vas a socializar con las personas, si vas a mantener tu distancia, si vas a tener higienizadas las manos y si vas a traer tu mascarilla”.

Si existe algún tipo de socialización en estos sitios, en donde no se podría practicar la ‘sana distancia’ con facilidad, el riesgo pasaría a alto, señala la doctora Reynoso.

“Por eso, si tu salida no es esencial, no vayas de compras ya que te estás exponiendo por algo que realmente no vale la pena el día de hoy”, puntualizó.

En caso de que sí salgas, una sugerencia de la especialista es que busques antes en línea los artículos que vas a adquirir y así permanezcas menos tiempo en la plaza, o recibir las compras en tu domicilio.

Ahora, puede que te preguntes: ¿Me puedo contagiar del COVID-19 al probarme ropa?

“La contaminación es de bajo grado porque el virus no sobrevive bien en la ropa”, señaló Macías. Al respecto, cadenas como Liverpool ya anunciaron que sanitizarán, tanto las prendas, como los probadores.

El virus SARS-CoV-2 tiene una muy baja concentración en un espacio abierto, como un parque o una pista de atletismo. Pero que el riesgo de contraer COVID-19 sea bajo no quiere decir que no debas tomar precauciones adicionales.

“Un consejo es que, si traes a alguien adelante, o lo rebasas rápido o mejor te rezagas”, recomendó Macías

El riesgo sube a medio si el número de personas en el espacio en el que haces ejercicio aumenta, remarcó el doctor Rodríguez.

“Por eso está restringido ahora a 30 por ciento el aforo, porque no se puede juntar mucha gente, aunque todos digan que quieren hacer ejercicio y que es saludable”, comentó.

Por ello Reynoso recomienda tener en cuenta tres consejos: no vayas acompañado, procura que el parque o pista a la que vayas sea una de tu comunidad y evita horarios concurridos.

Una recomendación de Macías al visitar este tipo de mercados es simple: no le compres a los vendedores que no utilicen cubrebocas.

Por su naturaleza –estar montados en un espacio abierto–, los tianguis ofrecen una mejor ventilación, un factor clave cuando se trata de medir el riesgo de contraer COVID-19.

Sin embargo, Macías remarcó que “si no hay urgencia de ir”, es mejor abstenerse de ir a estos lugares, que son propensos a las aglomeraciones.

Sobre ese punto, Reynoso señaló que ello evitaría que puedas mantener una sana distancia con otros compradores (1.50 metros), por lo que el riesgo de contagio es alto.

“Es importante acudir cuando sea estrictamente necesario y comprar para mínimo una, dos semanas, y procurar ir en un horario estratégico donde haya menos personas”, comentó.

La ventilación puede decidir si tu oficina a la que no vas desde hace meses sea considerada un espacio con riesgo medio o alto.

Tu sitio de trabajo calificará dentro de la primera categoría, explicó Macías, si cuenta con ventanas abiertas e implementa una distancia mínima de un metro y medio entre los empleados.

Otro punto a favor del riesgo medio, agregó Reynoso, es la implementación de filtros sanitarios en los accesos a los corporativos que permitirán identificar si hay alguna persona con síntomas de COVID-19.

El riesgo pasará a alto, según Rodríguez, cuando exista una aglomeración importante y una mala ventilación.

Antes de regresar al trabajo en oficina, remarcó el también profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM, es importante que tu empresa cuente con un protocolo para determinar desde sitios de entrada y salida hasta el cómo serán distribuidos tus compañeros de trabajo.

“Imagina que en un turno, en una zona de la oficina hay gente con diabetes, hipertensión, y que todos se sientan juntos y están en una oficina mal ventilada y que hay otra zona donde hay gente más joven, que no tiene ninguna enfermedad. Entonces vas a tener que inventar una estrategia para proteger a los más vulnerables”, describió.

El regreso a las oficinas se tiene previsto en la Ciudad de México hasta que el semáforo esté en color amarillo.

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