El pecado de Geño
José Ángel Solorio Martínez
El candidato de MORENA a la alcaldía de ciudad Victoria, Tamaulipas, Lalo Gattás sigue en punta en la lucha por el Ayuntamiento capitalino. En la encuesta de encuestas, el alcalde que aspira a reelegirse, le saca más de 10 puntos al ex tesorero –Oscar Almaraz Smer– de la administración estatal del entonces gobernador, Eugenio Hernández Flores.
En los recientes días, han proliferado sondeos en las redes sociales, en las cuales, el panista, supera al morenista. A todas luces, se percibe la estrategia central de Almaraz: el intento de descontrolar a los electores capitalinos; su campaña no ha podido despegar, por su letal pecado: la abierta alianza con el ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.
Oscar no se mueve en un propicio escenario para competir contra Gattás. Las dos administraciones, panistas en la capital que más recuerda la ciudadanía, son las de Xicoténcatl González y la prima del ex gobernador reynosense, Pilar Gómez.
Esos gobiernos locales, sumieron a Victoria, en una de sus peores crisis de la infraestructura vial y en la red de agua potable y drenaje.
Y otro evento más sentido por los victorenses: Cabeza de Vaca, se caracterizó por castigar a la capital del estado, soslayándola de obras y servicios.
Otra circunstancia que conspira contra Almaraz, es el cese de más de 7 mil trabajadores de la administración estatal por decisión de CdeV. Este evento, que poco se conoce, se puede comprobar en las Juntas de Conciliación a las que recurrieron esos burócratas desplazados que no pueden ver ni en pintura al panismo ni a sus líderes.
Con todo y la importancia que el panismo le está dando al manejo de trabajos demoscópicos amañados,
Oscar tiene basadas sus esperanzas en un solo acontecimiento: la traición del ex gobernador priista –hoy candidato a senador por el PV– Eugenio Hernández Flores al gobernador de la IV T, Américo Villarreal Anaya. Ello comprendería, que, por debajo de la mesa, Geño enviara apoyos al candidato panista al tiempo de ordenar el retiro del soporte a la IV T en el centro de Tamaulipas.
Esa conjura, toma visos de certeza, toda vez que uno de los operadores financieros de Hernández Flores –César García Coronado–, anda pegado con Almaraz para tratar de regresar al control del Ayuntamiento capitalino para profundizar el trabajo que han hecho desde los tiempos en que gobernaron el estado y la capital: el saqueo del erario.
Geño, –creyéndose muy listo– hace unas semanas se tomó la foto con Gattás.
De igual forma, se tomó la foto con Rodolfo Torre Cantú.
¿Alguien recuerda qué pasó?
¿Quién le cree a Eugenio?
Ya su gente ha dado indicios de que catadura moral: su testaferro, Ricardo Gamundi Rosas, lanzó pestes contra los más altos dirigentes de la IV T en el estado, a pesar de ostentarse como asesor gubernamental.
Uno de sus cómplices geñistas más aviesos, es el dirigente del PV, Manuel Muñoz Cano. Añade a su oscuro récord, haber traicionado a Rodolfo Torre y ahora a la IV T. Una pequeña cuadrilla de drogadictos que le siguen, son los principales promotores de Almaraz. También se le achaca a Muñoz Cano, la administración de una granja de bots para mediante fakenews, achicar la presencia de Lalo en la ciudad.
La influencia de Geño y sus socios, no les da para revertir el resultado de la elección en el Ayuntamiento de la capital. Sí, para cerrar la elección y de carambola erosionar los resultados de las diputaciones y los senadores en territorio victorense.
¿Acaso eso, no es una puñalada por la espalda a #esClaudia y al gobernador Villarreal Anaya?
¿Alguien puede, eximir de esa emboscada a la IV T y a Gattás, al criminal, Hernández Flores?
Ese es, el más recurrente pecado capital de los políticos: asumirse como inteligentes, sin serlo.